La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile
105 crítico del cartesianismo es, como decíamos anteriormente, el paralelismo del cuerpo y el alma, paralelismo que puede ser leído como una suerte de subjetividad horizontal. Este método tiene en el concepto de conatus una categoría elemental a todo el sistema filosófico de Spinoza, tal categoría la define así: “ es la potencia con la que cada cosa se esfuerza en perseverar en su ser ”. La teoría de la potencia pasa por la consideración de que, lo que es pasión o afecto en el alma ha de ser también pasión o afecto en el cuerpo, de la misma manera de lo que es acción en el alma es a la vez acción en el cuerpo. De esta manera, la conciencia de un cuerpo separado del alma es la proyección de una ilusión propia del trabajo de la subjetividad sobre sí misma. En este sentido, la conciencia es por naturaleza el lugar de una ilusión, ilusión que sólo en el registro de su inscripción puede obrar como conciencia de una separación. En consecuencia, este efecto de separación opera desde la borradura de las huellas mismas que la han producido como tal y, sólo por ello, puede plantearse una autonomía de la subjetividad. Ahora bien, si lo que se registra es la separación de la conciencia tomando distancia del cuerpo y de las prácticas que lo constituyen, tal separación se presentará como originaria precisamente a consecuencia de borrar el sentido mismo de su función. Bajo el poder de la separación como praxis técnica de la razón, la tradición filosófica ha pretendido creer que el alma puede determinar el obrar absoluto del cuerpo y ascender al gobierno de los ideales sin considerar el espesor material de las prácticas objetivas que traman al cuerpo. A este respecto, la lucidez de Spinoza es violentamente intempestiva y celosa de no omitir la importancia del cuerpo y el sentido político del paralelismo: “ lo primero que constituye la esencia de nuestra alma, es la idea de un cuerpo que existe en acto, lo primero y principal del conatus de nuestra alma es afirmar la existencia de nuestro cuerpo” 5 . Entonces, la ilusión de que el alma pueda ser soberana del cuerpo, es el efecto de la inscripción, de una falsa separación originaria. Como ya sostuvimos, la separación es una operación que al borrar su condición de proceso se presenta como originaria, cuando en realidad es siempre a posteriori, por ello hablábamos del registro de una inscripción. Ahora, el registro como esencia del dispositivo de la representación, comparece como un mecanismo subjetivo al delimitar su César Vargas 5 Spinoza, Baruch. Ética demostrada según el orden Geométrico. Pág. 131. Ed. Trotta.
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