La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile
101 Una economía es siempre una economía con y sobre el cuerpo, desde la economía de los signos afectivos hasta la economía de los flujos capitalistas de producción. De este modo, podemos indicar que no es que existan los espacios de producción, de representación y todo el despliegue económico que los vincula, y luego los cuerpos que habitan dichos espacios. La cuestión es mucho más compleja, ya que, sólo podemos reconocer una organización y formación del cuerpo, desde el análisis de las relaciones de poder que las condiciones de producción traman al interior del espacio social en el que se registran los sujetos en tanto cuerpos. Podemos así afirmar, que no hay cuerpo al margen de las prácticas que lo producen, organizan y distribuyen. En sintonía al enfoque materialista de esta última observación; creo, ha de posicionarse el rendimiento político de la performance como desnaturalización crítica de los mecanismos de sometimiento. Puesto que el orden de lo establecido disuelve su condición de proceso histórico en la inmediatez de lo real, la operación de desnaturalización consistirá en instalar una distancia reflexiva entre la representación y las fuerzas que la sostienen. Así, la desnaturalización opera en el nivel de las prácticas por las cuales se gobiernan el desarrollo material de los sujetos, ello implica una conciencia del sujeto como un procedimiento de sentido, vale decir, que desnaturalizar la relación entre el sujeto y las prácticas que lo constituyen, es comprender la condición procesual, política e histórica de las fuerzas que articulan el sentido práctico de éste. A este respecto, el trabajo u operación de desnaturalización de los códigos representacionales opera con el desandamiento crítico de los mecanismos que instituye la inmediatez de lo real. Sólo gracias a una analítica de los procedimientos de la industria disciplinar, puede un cuerpo ser consciente de su importancia como territorio de las prácticas de subjetivación. En este sentido, el arte de performance puede ser leído en clave materialista, pues trabaja con lo más cercano a cualquier sujeto, es decir, su cuerpo y, por tanto, las fuerzas que le dan forma histórica a su existencia material. Acusando conciencia de que el cuerpo no preexiste a las relaciones de poder que lo constituyen, podemos, en este momento, enunciar nuestra tercera hipótesis de lectura sobre la performance: César Vargas
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