Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

99 Hay poemas cuya materia no es el pasado. Su objeto es una experiencia futura. Dicen aquello que el autor no había hecho ni imaginado. Vuelven presente el futuro sin saberlo. Esta es la historia recobrada de ese poema. Mi poema futuro. *** El poema lo compuse en invierno en La Reina, año 2017. Eran dos poemas unidos. El primero, tres estrofas repetidas con variaciones. El segundo, dos estrofas como estribillos. Una tarde intercalé los poemas. El ritmo cambiaba, pero retornaba. La tarea estaba hecha. El poema abordaba una pieza oscura, irreal, extraña. No había muros ni puertas. Ni libros ni sábanas. La pieza simulaba un cuarto familiar, habitado por espectros e instantes. Su música era la de un mantra. Infinito. Compacto. *** La segunda vez que recité el poema en público fue especial. Debía leerlo en inglés y español. Era una tarde de julio en Londres, año 2018. Primero fue en inglés. Voz suave, musical, titubeante. Yo estaba atento a cualquier error, cualquier posibilidad de incomprensión. En español fue diferente. Voz fuerte, segura, vigorosa. El idioma fluía como tronco de roble sobre un río. La pieza oscura ya no estaba habitada por espectros o instantes. Eran voces de mi lengua. *** Agosto fue mes de despedida. Pieza oscura Diego Alegría Corona Poeta y ensayista

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