Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia
95 16:33 Estoy en el living de mis abuelos. De fondo suenan las viejas canciones que le gustan a mi abuelo, es su día y la familia se reunió. Escucho el murmullo de las conversaciones de fondo, miro por la ventana y veo la planta minera abandonada, la Hochschild. Los viejos estanques reflejan el sol oxidado rodeado de relaves y ex rutas de maquinarias industriales. Un poco más cerca, frente a esta casa, sigue vacío el sitio eriazo con el mismo viejo árbol que observaba a los 14 años desde esta misma ventana, desde este mismo sillón. Suena “Ella ya me olvidó” de Leonardo Favio, entre el roce de los servicios y lozas en la cocina. Poco a poco se hace silencio, alguien parte la torta, hay expectación, va surgiendo nuevamente la conversación cotidiana; el trabajo, los recuerdos, los chistes internos. Mis teclas sonando en la computadora son mi presencia en este momento. De pronto alguien me menciona y siento una leve alegría. Me llaman, hay un trozo de torta servido para mí. 17:40 Vuelvo al living. Los últimos reflejos anaranjados se dejan ver en las cimas de los cerros, son los últimos momentos del sol en esta ciudad. Hacia el suroeste, desde la ventana, la carretera se funde en un sfumato como una melancólica pintura. Intento hacer una categoría de lo que han sido estos días de ‘encierro’, pero creo que estoy demasiado cerca, o demasiado acostumbrada y adaptada, solo tengo la esperanza de en algún momento poder decir “te acuerdas cuando estábamos en la pandemia…”. Los días pasan y pasan, me pregunto si el tiempo lo sabe Dayana Sepúlveda J. Artista Visual, Pintora
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