Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia
75 de mis compañeros –todos ex alumnos del Colegio San Ignacio– tenían más asidero que un montón de buena voluntad. A veces de cristiana voluntad. Quizás no es poco en estos días. Decían: “…Va a aflorar un mundo con mayor conciencia del rol estatal. Hoy, hasta los más recalcitrantes liberales, espera que el Estado de soluciones…” “…creo que el mundo laboral y también la educación, tendrán que plantearse la pregunta por la presencialidad. Sí, es importante vernos las caras, compartir y socializar ¿pero son necesarias tantas horas fueras de casa?... “yo he descubierto en el tiempo libre, a mis hijos, con todo lo que implica la educación en el hogar, no quisiera que todo volviera a ser exactamente igual” Y así. Prefiero darme de narices con el nuevo mundo que aparezca que haberlo vivido a cuentagotas en los pronósticos de las voces autorizadas. De momento: familia, lectura, buena música. Actualidad y espanto en raciones modestas. De tanto en tanto, las malas nuevas de mis amigos o conocidos. No tantas por ahora.
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