Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

49 A mi Camil “Mi madre me tuvo a mí en su amplio vientre plural, yo no me le parecí. yo, la unilateral desde mi estrecho cubil di a luz una sin igual belleza que concebí del hombre que hube de amar. Pues todo fruto mejor proviene de aquel amor que no guarda para sí, nació una niña a bailar paloma blanca, alelí alada, tensa, floral enhiesta y alabastril. Y yo no pude la guardar. Miró el cielo desde el azul De cielo de su mirar, Se dio impulso con un pie Y pronto se echó a volar. Tomó barcos, subió a avión –hacia atrás no hay que mirar– Traspuso océano y redondeó Vasto horizonte de columpiar. Colores mil de amanecer Le salieron a encontrar Y le crecen sin cesar Futuros que no entendí. Sedes de otro lugar. Por nombre le di Camil. Le di por nombre Camil Por lo blanco de su piel O fue porque su parpàd Era suave como un petàl O su manita en la almohàd, Era un reposo de flor, Gracia liviana y blandar De lo divino en lo cotidiàn. Muy islas recorrió Muy playas, salares, volcán. Su pie de gracia pueril, Donde no lo ve mi plan. (las madres nos quedamos en los puertos a llorar las niñas salen de prisa por corredores, al mar) no es cosa que se entienda Es cosa que hay que admitir cosas que ni horóscopos sabrían dilucidar Candil de mi fe cerril mi prodigio y maravil Niña tensa y hablantina Como cuerda de violín Niña esbelta y que ciñes Las estrellas por cintil, que las playas se te extiendan y camines hasta aquí. Niña a la que di por nombre El dulce y grácil de Camil Ven por verte y ver si eras La misma niña que parí”.

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