Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia
41 Viendo películas que sabemos veremos nuevamente en el cine, porque ya no vemos ahora, aunque queramos ver. Porque sabemos que fueron hechas para verlas en el teatro, en una sala oscura, en colectividad. Sentada en la silla del escritorio. Sentada en el sofá. Sentada sobre la alfombra. Sentada sobre la cama. Sentada en el banco del comedor. Sentada en el banco de la plaza. Sentada en silla de bicicleta. Caminando por la calle. Pienso en los que están solos. Pienso en los que están lejos. Pienso en los que están demasiado juntos. Pienso que igual no tenemos tiempo. Pienso en mi familia. Pienso en cómo será la experiencia de viajar de nuevo. Sigo trabajando en mi web, en la de una colega, en la de la cooperativa. Sigo editando, mis videos, los clips de una colega, las fotos del último evento. Pienso en la trampa de la productividad. Pienso en mi precariedad como artista. Pienso en la precariedad de otros. Pienso en qué pasa detrás de un muro cualquiera. Pienso en los vecinos. Pienso que me gustaría volver a tejer un tapiz. Pienso en qué es el tiempo. Pienso en ir a trabajar a una granja. Pienso en que debo seguir con mis clases de alemán. Pienso cuándo podrán volver a retomar las filmaciones. Pienso en el exceso de imágenes. 09 de junio de 2020 en la ciudad de Viena, Austria. Nuevamente en la pantalla del computador. Una ventana, la de una hoja en blanco. 623,7 cm 2 . Escribo en un idioma que se ha convertido en una lengua extraña, entremezclada, que ya no corresponde a nada. Comienzo la pasantía de una beca. Hacemos un festival de arte en una vitrina, detrás de un vidrio. Concebimos una nueva web. Pienso que vuelvo al pasado, cuando debería dirigirme al futuro. La temperatura a variado, va de 17 a 24 grados Celsius. Llueve. Solo no han abierto los cines. Pero seguimos enmascarados.
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