Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

35 Adormecida me acerco a la ventana para mirar el manzano del jardín de al lado. Me detengo en su forma equilibradamente expansiva. El árbol ramificaba zigzagueante sus extremidades delgadas y flexibles, escondiendo su centro. Mutaba de lo florido a pequeños y ácidos frutos, variedad chilota que debe haber llegado hace dos generaciones como esquejes o semillas. Durante los meses de invierno, el manzano se copaba con el trinar de cachañas y tordos. Un manzano puede vivir más de cien años pero no es productivo toda su vida. Me encuentro con un texto sobre la sociedad de la manzana chichera en Chiloé 1 , que relata la importancia de este frutal como pieza clave en el entramado comunitario. Los manzanos aparecían en los testamentos como un bien diferenciado a la propiedad de la tierra, se podían traspasar sus cosechas hasta tres generaciones. Los robos de manzanas eran sancionados y cuando caía un árbol debía repartirse en partes equitativas. Los manzanos son árboles que cumplen un rol social y de cooperación económica entre las quintas, reuniéndose las comunidades en festividades voluptuosas de cosechas y preparaciones fermentadas. Hasta ahora, se han detectado trece variedades de manzanas, todas con nombres sugerentes a sus formas y sabores: candelaria, febrera, tomate, rosa, trompuda, limón, dulce-amarga, ñata, cabeza de guagua, camuesta, ají, fierro y reineta. Algunas son mejores para la sidra, otras para empanadas y tartas o para hacer conservas que abastecerán las despensas durante los meses de invierno. Trascurrida la mañana, me asomo nuevamente por la ventana, miro el manzano y sueño despierta que éste cruza el cerco como un árbol caminante para trasplantarse en mi jardín. Imagino que avanza como la Socratea exorrhiza , también llamada “palmera que camina”, plantas arborescentes que se distribuyen en las selvas tropicales de América Central y América del Sur. Estas palmeras avanzan como arañas, con una lentitud imperceptible buscan una mejor fuente de luz y suelos menos erosionados, generando nuevas raíces y dejando atrás las que ya no le son útiles en un enrarecido desplazamiento. Las raíces afrodisiacas de estas palmeras, de las cuales también se hacen infusiones para curar afecciones hepáticas, quedan al descubierto asimilándose al sistema circulatorio animal, “venas” y “arterias” que levantan la planta de la tierra. 1 Amalia Castro San Carlos, “La sociedad de la manzana chichera. Chiloé, 1849-1924”. Proyecto Fondecyt 11160222 “Chicha de manzana de Chiloé, el descubrimiento de un producto típico chileno: 1826-1950” (2016-2019) DOI https:// doi.org/10.35588/rivar.v7i20.4487 · ISSN 0719-4994 / RIVAR Vol. 7, nº 20. Mayo 2020 Malus Doméstica Aymara Zegers Müller Artista Visual

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