Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia
338 Me paro entusiasta y entro a mi pieza. Veo la fotografía que hace poco puse en la pared: el registro de un viaje que hicimos al extremo austral, la Isla Bridges en el Canal Beagle, mi hija y yo con el delantal floreado celeste extendido en una playa desierta y remota. Aparece la idea. Ese mismo delantal gigante, pero ahora yendo al supermercado que está a media cuadra y actualizar el viaje: mascarillas, guantes, alcohol gel, cola de espera, pistola de temperatura y sobre todo la aprensión de exponerse. Planifico la acción desde mi ventana. Ir al supermercado desierto de día, antes de las 8 am. Ir al supermercado desierto de noche, después de las 18 pm. Y después de negociaciones, pilas nuevas para la cámara y otros varios, nos lanzamos la fecha indicada con las compañeras de cuarentena, hija y sobrina vestidas de ninjas, antes de las 8 de la mañana, saliendo hacia el ascensor. El conserje nos abre para dejar paso a nuestra procesión. Salimos. Llegando a la esquina, pienso en los guardias del supermercado, ¿estarán? ¿Nos dirán algo? Bueno, veremos. Ahí están, los veo ordenando unas cajas en la entrada, carros para allá, carros para acá. Por suerte no nos detectan como amenaza; unos meses antes habría sido distinto... Las ninjas sincronizadas perfectamente, hacen lo acordado: delantal al suelo, foto, delantal en andas, foto. Registro la ida y la vuelta en video, haciendo el encargo tal cual lo planeamos. Queda grabado ACAB que estaba rayado en un muro que pasamos.
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