Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

309 aburrimiento nos hace sentir el tiempo, el tiempo como tal, el tiempo sin distracciones, el tiempo vacío de acontecimiento. Los días pasan sin cambios aparentes, las horas se extienden y parecen no avanzar. El tiempo, que parece estar detenido, lo percibimos como vacío de sentido (sentido en la acepción de dirección y en la acepción de significado). Paradójicamente, como explica Heidegger, los seres humanos queremos tener una vida larga y llena de tiempo, pero en el momento en que el tiempo se nos hace presente como tal, vacío y oprimente, nuestro primer impulso es querer acelerarlo, impulsarlo con cualquier acción que nos distraiga de percibir su transcurso 2 . IV. Ambas condiciones del tiempo, las entiendo como un privilegio. Para sentir apremio porque no alcanza el tiempo o para que oprima el hecho de que el tiempo se hace largo, quiere decir que no tengo necesidades más urgentes. Que no es el hambre, el frío, la precariedad o la enfermedad las que me están oprimiendo V. El aburrimiento hace que el tiempo se perciba más largo. El aburrimiento oprime. La simultaneidad hace que el tiempo se haga corto. La simultaneidad oprime. Ya sea desde la agitación de la multiplicidad o la lentitud del tedioso curso cotidiano, el tiempo se hace sentir como el testigo silencioso de la pandemia. 2 Heidegger, Martin. Los conceptos fundamentales de la metafísica (1929). Trad. Alberto Ciria. Madrid: Editorial Alianza, 2007. P 112-160.

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