Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

172 CO. ¿Qué?, ¡Filo! desmontamos la estufa completa y sacamos la pieza. Ni el señor Sodimac se atrevió a tanto. Lo primero era hacer la mezcla: A ver…Sellador de placas cerámicas infrarrojas. Preparación: “Colóquese en un recipiente de vidrio…ya… la cantidad necesaria de cuarzo en polvo…Viértase lentamente el líquido contenido en el frasquito de Silicato de Sodio al tiempo que se revuelve la pasta evitando que se agrume o tome una consistencia muy líquida, agréguese agua hasta obtener una pasta homogeneizada. Tiempo de secado de 20 a 30 minutos”. Lista la mezcla, la sellamos. Incluso quedó más pulcra que como venía sellada por el experto. Si no funciona, al menos quedó impecable. Esperamos que secara durante la noche. Al otro día constatamos que quedó como nueva. El asunto es que de este incidente doméstico afloró mi mal de diógenes y guardé la pieza, que, por lo demás, fisurada como estaba era preciosa y hasta ese momento para mí desconocida, pensé; algo haré. Después de unos días de hilar conceptos (y no sé aún si fué por el efecto de llevar meses encerrada y la cabeza engaña) pero según yo, algo calzó. Lo escribí. Comencé sin pensarlo mucho a pintar un óleo sobre el ladrillo. La escena era nefasta. Tres sujetos que hasta ese momento diariamente nos entregaban cifras atroces por la televisión. A este pequeño experimento comencé a llamarlo Panel Refractario y surge a partir de la cuenta habitual del Informe Epidemiológico del COVID-19 y del hábito no intencionado <obligado> de verlo diariamente.

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