Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

158 Los estudiantes de mi asignatura llevan años mirando el mundo a través de una pantalla muy pequeña, con exceso de brillo y con un contraste que se aleja de la luz natural del día, sobre todo ajena a la luz ambiente que nos rodea hoy estando tan cerca del invierno. Ellos son bombardeados todos los días con estímulos instantáneos; notificaciones, mensajes, correos, etc. Y por lo tanto su capacidad para desarrollar una tarea contemplativa durante dos horas sin distracciones es muy baja o casi nula. La posibilidad de estar a un click de distancia de una cantidad infinita de imágenes y videos incluso a mí me distrae constantemente. Durante este semestre he desarrollado el ejercicio de enseñar a mirar sumido en una total oscuridad: no puedo ver la expresión facial de las personas a las que estoy hablando, no sé si el conocimiento está siendo efectivamente transferido. No puedo leer su lenguaje corporal, no puedo corregir la forma en que sostienen el lápiz, o la distancia que toman frente al papel. He recorrido este

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=