Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia

Los viajes a Santiago siempre son programados para aprovechar al máximo el tiempo, por lo que desde que empezó la pandemia no fue un cambio muy brusco a nuestro día a día. El aislamiento social es algo que sin querer ya habíamos empezado a trabajar, y de una forma muy linda nos fuimos preparando para la cuarentena. Acá no tenemos wifi por lo que muchas veces internet funciona pésimo en los celulares, sólo hay una tele que se ve bien y la otra es una carrera de hormigas cuando la prendemos para ver las noticias. De a poco nuestros trabajos se fueron parando como los de la gran mayoría de las personas de Santiago y empezó a aparecer la preocupación ante este virus, sobre la cantidad de personas contagiadas, el mal sistema de salud que tenemos en este país y la irresponsabilidad de muchos que no le han tomado el peso a esta pandemia. Nos empieza a angustiar la cantidad de personas que ya no tienen ingresos ni para comer. Comenzamos a extrañar mucho a nuestros amigas/os que antes podíamos ver libremente los días que una u otra iba Santiago, pero por otro lado este reencuentro con las personas de acá ha sido una de las cosas más lindas que hemos vivido, hay una preocupación constante por el de al lado, algo que yo pensaba que tenía pero no era tan así… nos llegan sacos de verduras recién cosechadas y pan amasado recién salido del horno de barro, nos ayudan con nuestra huerta, cuidan nuestros perros y a nosotras. Nos abrieron las puertas de sus casas sin ningún prejuicio, y nos enseñaron a no tenerlos.

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