Esos grandes detalles: 92 relatos escritos durante la pandemia
135 sobre todo cuando van acompañados del sol del invierno que cae desde mi ventana y ya siento que no puedo seguir haciéndome el leso y entonces salto y me dispongo con mucha determinación (que me sorprende) a ocuparme de ello, lo hago con rapidez (sin mucha eficacia probablemente) y abarco todo el departamento hasta los rincones más inexplorados. No obstante, no se si soy poco prolijo, pero a veces a los pocos días, a mi pesar, vuelven aparecer en el mismo lugar (no serán los mismos malditos polvos supongo!). Es claramente un fastidio y casi se me va una mañana. Finalmente, una reflexión (con un algo más de peso que los polvos :-), me refiero al reemplazo del contacto físico por las conversaciones que hoy se hacen a través de la tecnología. Creo que pueden ser buenas oportunidades para animarse a decir más de lo que solíamos hacer en tiempos normales, decir por ejemplo “te quiero” a mi hija, a través de un buen emoticón. Debo confesar que me está resultando más fácil que hacerlo en vivo, se que no es lo ideal, pero si antes me costaba hacerlo en persona, al menos a través de la tecnología surtirá algún efecto, y creo que a mi me está resultando,… ahora si-cuando se pueda-fuera un primer paso para expresarlo cara a cara junto a un abrazo… tanto mejor.
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