Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

92 de las obras (todas ellas más o menos “acepta- bles” según los formulismos vigentes), pero tam- bién liquida la cuota de deseo e incertidumbre, de riesgo y aventura, que debería impulsar cual- quier pasión artística. Confieso que son pocas las obras de la escena chilena que, a mi modo de ver, son capaces hoy de desmontar códigos cuya potencia simbólica interpele nuevas subjetivida- des sociales y nuevos imaginarios culturales. Y aunque me sigue apasionando la dimensión de lo estético (la tensión de lo crítico-estético y de lo político), mi relación con las artes visuales es mucho menos concentrada, mucho más distraí- da, que lo que era antes. Así y todo, le sigo la pista a ciertas obras. FG : Ibas a decir “a ciertas problemáticas”... NR : Eso, sí, a ciertas problemáticas de obras. “Por las dudas, no lo discutamos ahora”, 2007