Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
78 que tanto sus obras como sus textos pretendían, efectivamente, no sólo burlar la censura y el au- toritarismo, desafiando las representaciones del poder dominante, sino también desestabilizar el repertorio ideológico-cultural de la izquierda tradicional. Esto la Avanzada lo hacía a través de operaciones de lenguaje que apelaban a la fisura, el descentramiento, lo inintegrable. Me parece que no es posible releerla hoy sin esta do- ble tensión, que arma su cara más provocativa y desafiante: la de cuestionar simultáneamente los dos operativos de totalización del sentido que se realizaban bajo marcas políticamente contra- rias. Porque eran dos: el del poder oficial, el de la izquierda ortodoxa. Obra y crítica, entonces, apostaban a la multivocidad del significante estético como línea de fuga y diseminación de lo linealmente programado como “mensaje” o “contenido”, para zafarse de ambos operativos. FG : ¿A derecha e izquierda? NR : Creo que sí, que es en esta doble tensión donde radica el potencial más disruptor de la Avanzada . Ahora ¿qué hacía la filosofía en esos mismos años? Buena pregunta, Galende, una pregunta que invita a pensar sobre cómo se ubicaba la institucionalidad disciplinaria, o académico-universitaria, de la filosofía frente al campo de batalla de lo estético y lo político. Lo que yo pienso, te voy a ser muy honesta, es que la Avanzada tomó claramente partido por exacerbar las pugnas de fuerzas y sentidos entre lo asimilado y lo inasimilable, lo consolidado y lo emergente, lo acomodable y lo incomodante. Hizo eso, o al menos intentó hacer eso. Y a la vez me parece que una cierta filosofía, la misma que hoy manifiesta tanto interés en releer a la Avanzada , no se mostraba en aquellos años de- masiado interesada en esta pregunta radical de “Sergio Rojas sugería la otra vez, en la presentación del libro de Miguel Valderrama, que los artis- tas actuales ya no quieren saber nada de la Avanzada, sin señalar a cuáles se refería. Es probable que eso sea así, … pero la crítica de Avanzada, como dice Sergio Villa- lobos, que es ejemplarmente M & I, constituye una frontera, una frontera que está a la vista y no a la espalda, apta para ser analiza- da, y como tal no es obviable. Más aún si es probablemente la última frontera, en el sentido de que, tal vez, después de ahí ya no hay más fronteras, o está lleno de fronteras que no trazan ningún “ahí”, como esos cementerios sin perímetros del desierto que no constituyen campo santo”. Willy Thayer, Filtraciones. Conversacio- nes sobre el arte en Chile (1960-2000) , Santiago, Alquimia Ediciones, 2019, p. 324. “Por las dudas, no lo discutamos ahora”, 2007
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