Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
75 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada FG : Esos referentes teóricos “importados”, esa lengua críptica o lo que fuera parecieran estar asociados a la impronta fundacional de la que tanto se acusó a la Avanzada . El cripticismo, quiero decir, debió funcionar para muchos como una cierta cresta en la lengua. Hablar mal para doblegar, para conquistar, como de- cía Viñas de los primeros vanguardistas argen- tinos, que se dejaban denigrar en París para pronunciar un neologismo en Buenos Aires. ¿Cómo ves eso? ¿Qué grado de razón había en aquellas acusaciones? NR : La verdad es que los primeros acentos po- lémicos respecto de un supuesto fundacionalis- mo en la Avanzada que planteaba la sospecha de que la Avanzada deviniera cómplice invo- luntaria del efecto de tabula rasa de la Dictadu- ra, los marcó Brugnoli más o menos por el 77’. Discrepábamos respecto de ese punto, pese a que siempre, y esto debo resaltarlo, mantuvimos con él un diálogo muy franco y abierto. Nun- ca hubo mezquindad de parte de Brugnoli. El Taller de Artes Visuales fue casi la única plata- forma de debate en la que, durante los 80’, nos encontrábamos regularmente, casi una vez por semana, algunos de los que formábamos parte de la Avanzada : Diamela y Zurita del CADA, Marchant,Mellado, Leppe, Altamirano, yo, etc., con otros que formaban parte del TAV o que eran actores del arte militante o poblacional. Eso se lo debemos, única y exclusivamente, a la amplia convocatoria de Brugnoli y Piquina. Muchas veces también las conversaciones pro- seguían en casa de ellos. Y la verdad es que fí- jate que ahora, pasado el tiempo, mirado retros- pectivamente, creo que es cierto que había en mis textos una cierta exasperación discursiva, un realce de lo emergente por vía de un tono dema- siado exclamativo, demasiado declamativo. Ha-
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