Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

66 mo semiotizado (incluso “la no circulación que activa la circulación” 42 ), estaría fatalmente con- denado para él a la asimilabilidad y la recupe- ración, a la funcionalidad de lo cambiario que disuelve toda singularidad y diferencia en la mismidad de la serie–Mercado. Este “diagnós- tico apocalíptico” del “post” dibuja una figura soberana del Mercado que tendría la fuerza y astucia suficientes para controlar todas las fuerzas (y contrafuerzas) que atraviesan el sis- tema; para capturar todas las energías fluyen- tes y reciclarlas en su dispositivo de transcodi- ficación universal de equivalencias abstractas. La indiferenciación de las diferencias que rei- na en el collage post-capitalista lograría, según W. Thayer, neutralizar cualquier voluntad de alteridad alteradora mediante la cual una prác- tica de cambio expresa sus desacuerdos con la homogeneidad capitalística. Lo transnacional de un tiempo “de intercam- bio globalizado” cuyo “marasmo de lo siempre igual” 43 estaría ya contenido en “la verdad del Golpe nulitar” 44 , habría dejado instalado –según W.Thayer– el supuesto de que “la globalización no es otra cosa que la nihilización de la voluntad de acontecimiento que activó a la vanguardia. La “verdad del golpe” la experimentamos aho- ra, en el intercambio generalizado en que nada promete 45 . No deja de resultar paradojal que 42 Dice W. Thayer: “El principio de sustraer de la circulación ciertos valores, no va más allá de una estrategia del circular “me- jor” (quien mucho circula, se trajina y degrada)”. De ser así, corre- ría esta misma suerte también aquel texto que, para denunciar que la circulación es puro trajín y degradación, necesita circular. Willy Thayer, “Del aceite al collage”, p. 50. 43 Willy Thayer en “Del aceite al collage”. 44 Willy Thayer, op. cit., p. 56. 45 Willy Thayer, “El golpe como consumación de la vanguar- dia”, p. 57. Lo político y lo crítico en el arte: ¿Quién teme a la neovanguardia? 2004

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