Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
65 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada que nos encontremos hoy en un universo “post” de completa fragmentación y diseminación ca- tegoriales, los poderes y sus tecnologías siguen operando determinados efectos-de-representación que construyen el verosímil de lo dominante: postcapitalismo, neoliberalismo, etc. Nuestro mundo continúa siendo habitado por sujetos, discursos y prácticas que se enfrentan entre sí mediante luchas materiales y pugnas interpre- tativas en torno a las asignaciones dominantes de clase, raza, sexo y género que nos hacen saber, diariamente, que el poder es representación y que la representación es poder. Lo que W.Tha- yer llama “el final neocapitalista de la crítica de la representación” podría llegar a consagrar una renuncia a lo político : una renuncia basada en el equívoco de haber vuelto equivalentes entre sí el diagnóstico postmoderno de la crisis de la repre- sentación y el nihilismo posthistórico del fin de las luchas por la significación . Es cierto que la noción de “representación” (en sus dimensiones tanto de duplicación / reproducción (en el arte) como de delegación / sustitución (en la política)) ha sido puesta seriamente en crisis. Pero reconocer esta crisis no es lo mismo que descreer de la po- sibilidad de que nuevos proyectos de repolitiza- ción de la subjetividad (entre ellos, el proyecto feminista) sean aun capaces de imaginar prác- ticas de construcción de realidad alternativas a las versiones hegemónicamente selladas por el orden dominante. Para W. Thayer, el “apocalipsis neocapitalis- ta” llamado “globalización” liquidaría toda posi- bilidad de fugarse de la lógica sustitutiva de la mercancía, de sus leyes de degradación del valor y de anulación del sentido. Todo lo que circula por las redes de intercambio del multicapitalis- “M & I es un libro que en su tiempo se las arregló muy bien para dis- currir sobre un tipo de producción que, sin girar hacia el pasado en busca de la llave con la que abrir los cerrojos de una significación perdida, no cayó en la fe ilusoria de confiar su definitivo descifra- miento al mañana. Se suscitó así una curiosa escena que en relación a las ilusiones del pasado fue quizá más vanguardista que melancólica, pero que a la vez se comportó res- pecto del futuro de un modo más disidente o escéptico que vanguar- dista o prometeico”. Federico Galende, Vanguardistas, críti- cos y experimentales , Santiago, Meta- les Pesados, 2014, pp. 272-273.
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