Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
64 do del arte. Para estos textos que tanto insistie- ron en el materialismo crítico de los procesos significantes (soportes, lenguajes, técnicas, códi- gos), “crítica de la representación” nunca quiso decir, vanguardistamente, “voluntad de presen- cia” sino al revés, neovanguardistamente 41 , la de- nuncia del mito de la transparencia referencial que proyecta la ilusión de que la realidad habla por sí misma. “Crítica de la representación”, en el contexto de estos textos de la Avanzada, no es lo mismo que “abolición de la representa- ción” ni que “desmantelamiento de la represen- tacionalidad.” La “crítica de la representación” apela al desocultamiento de los efectos-de-re- presentación mediante los cuales determinadas hegemonías culturales buscan naturalizar lo realsocial para mantener fija e inamovible la re- lación entre significantes y significados. Y apela, además, al cuestionamiento de las figuraciones del poder a través de las cuales un referente de autoridad (político, ideológico, simbólico, se- xual, etc.) ejerce el privilegio de la “represen- tación”, monopolizando el derecho a nombrar, clasificar, otorgar identidad, etc. Antes y des- pués de la Escena de Avanzada, y por mucho 41 Aquí, lo de “neovanguardia” tiene la connotación de un arte que, tal como lo plantea H. Foster, a diferencia de la vanguardia, no apela a la “transgresión absoluta” desde un afuera del sistema sino que se rige por un modelo (postmodernista, postestructura- lista) de “(des)plazamiento deconstructivo” y de “interferencia es- tratégica”, que se calcula dentro de un marco de análisis institucio- nal. H. Foster precisa lo siguiente: “Más que cancelar el proyecto la vanguardia histórica, la neovanguardia actúa sobre la vanguardia histórica ... de un modo que permite comprenderla quizás por primera vez”: “más que invalidar la vanguardia, lo que estos desa- rrollos han producido son nuevos espacios de actuación crítica e inspirado nuevos modelos de análisis institucional. Y esta reelabo- ración de vanguardia en términos de formas estéticas, estrategias político-culturales y posicionamientos sociales ha demostrado ser el proyecto artístico y crítico más vital de por lo menos las últimas tres décadas.” Hal Foster, El retorno de lo real; la vanguardia a finales de siglo Madrid, Akal, 2002, p. 23. Lo político y lo crítico en el arte: ¿Quién teme a la neovanguardia? 2004
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=