Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
63 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada filosofante del meta-concepto (el Golpe como Vanguardia, la Vanguardia como Golpe) por so- bre las contextualizaciones de obras y posturas cuyas diferencias y contrastes requieren de una lectura analítica más detallada. Estas exigencias de detalles y precisión se hacen aún más impe- riosas al tocar un punto clave de la tesis de W. Thayer ( representación / presencia ) ya que dicho punto –que divide a la escena de los ochenta entre el sector postformalista de la Avanzada (la “salida del cuadro”) y el grupo CADA (la “salida del arte”)– sirve de línea de intersección entre vanguardia, neovanguardia y postvanguardia. Es cierto que una tendencia de la Avanzada (la representada por el grupo CADA) se apro- pió de las consignas vanguardistas arte/vida y arte/política para expresar el deseo de reintegra- ción del arte en el continuum de la existencia, buscando trascender la mediación de los códigos en la inmediatez de lo real para cumplir lo que W. Thayer llama la “voluntad de presencia”. Pero es también cierto que existió, dentro de la Avanza- da, una crítica a los acentos mesiánicos y profe- tizantes de la retórica zuritiana y a su ilusión de disolver el arte (sus límites y códigos de especi- ficidad) en el plenum de una sociedad indivisa (“la sociedad sin clases”) de la que se borraría mágicamente toda lógica de separación y deli- mitación de los códigos 40 . El giro semiótico de aquellos textos de la Avanzada que polemizaron con esta retórica zuritiana del CADA rebatía este espontaneismo de la presencia basado en una imagen de la vida auto-expresándose “natural- mente” como reverso informal y desestructura- 40 Remito al capítulo “Una cita limítrofe entre vanguardia y postvanguardia” en: Nelly Richard, La insubordinación de los signos; cambio político, transformaciones culturales y poéticas de la crisis . Cuarto Propio. Santiago 1994.
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