Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
60 Discurso del fin y memoria en curso. Haría falta recordar nuevamente que la Es- cena de Avanzada no constituye un Todo ho- mogéneo. Si bien la Avanzada reunía prácticas que solidarizaban entre sí debido a su misma pasión de exploración conceptual y desmonta- je artístico, estas prácticas ofrecían respuestas a menudo divergentes en sus formas de abordar la relación entre arte, crítica y sociedad. Es inte- resante notar, por ejemplo, que el grupo CADA reconjuga la continuidad y la ruptura de un modo que desmiente el Vanguardismo absolu- to del deseo de sepultar el pasado y la tradición que W.Thayer proyecta sobre toda la Avanzada. Además de reclamarse de un “Arte de la histo- ria” que le rinde homenaje a las Brigadas Ra- mona Parra como “su antecedente más inme- diato” en la ocupación de la ciudad 38 , la acción “Para no morir de hambre en el arte” (1979) propone “una reafirmación de valores culturales propuestos durante la Unidad Popular: el me- dio litro de leche, la llegada de los artistas a las poblaciones, el trabajo de los talleres culturales” que “significaban una simbiosis entre lo nuevo y lo antes deseado, un intento de resemantizar categorías antiguas válidas desde nociones pro- ducidas en el aquí y ahora de la dictadura” 39 . Es- tos matices no están contemplados en el análisis de W.Thayer que hace prevalecer el radicalismo taban ellas mismas distantes de sí mismas y que así, dislocadas de sí mismas se encuentran con otras en un plano que ni es mismo, ni es tampoco anterior a lo heterogéneo que ahí se encuentra o hace collage ... Collage sin totalidad ... La cita, el collage, contagio sin mismidad. Ni original, ni mimesis, ni poiesís, sino cita ... El collage pertenece al régimen del acontecimiento y no del ser.” “Del aceite al collage”, p. 56. 38 “Una ponencia del CADA”. Diario Ruptura , 1980. 39 Así lo analiza lúcidamente Rodrigo Cánovas en: “Llamado a la tradición, mirada hacia el futuro o parodia del presente”, en Arte en Chile desde 1973 . “En la inhabilitación extrema del acontecimiento conflagratorio del golpe, la Avanzada ejerce la repostulación de una posibilidad articulante, denotada por la in- expugnabilidad de las marcas y heridas de la represión, y de la representación… Conjurando, en cierto modo, la sobreautorizada lectura metropolitana de las prácti- cas vanguardistas, podría añadirse que el “descalce” de la Avanzada respecto de la lógica propulsada por la estructuración de Burger, por ejemplo, induce a la necesidad de complejizar las narraciones de las imposturas vanguardistas. La experiencia del cuerpo en dicta- dura constituiría un suplemento de sentido implicada por ese pre- fijo, neo: “neo” y no “post” por cuanto la traslación, la alusión, la transfusión, de prácticas deben ser atendidas desde un espacio geopo- lítico de traducción, permutación y re-elaboración (en tanto desmon- taje reflexivo) acechado por el acontecimiento del rompimiento del ámbito civil y su rearticulación autoritaria: una mutación inédita para las ejercitaciones de la matriz vanguardista. Trabar la comunión entre “Avanzada” y “matriz van- guardista” implica, desde luego, entender que la periferización de la matriz obliga a una labor todavía pendiente, cual es la de intentar un descentramiento efectivo del con- cepto de vanguardia”. Rodrigo Zúñiga, Revista de Crítica Cul- tural Nº 20, junio 2004, pp. 42-43. Lo político y lo crítico en el arte: ¿Quién teme a la neovanguardia? 2004
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