Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

36 que combinaron, de modo inédito, materialismo significante , análisis institucional y politización del arte , buscaba sacarle filo a un proyecto ar- tístico-cultural que entró en disputa crítica con otros frentes alternativos de discursos y prácti- cas: las redes científico-sociales de los centros de investigación en arte y cultura popular y las redes comunitarias del arte militante. Las aris- tas del debate político-cultural y crítico-estético entre la Escena de Avanzada y estas otras redes de discursos y prácticas no pudieron ser exami- nadas con suficiente atención en los ochenta, porque la urgencia de la protesta contra el afue- ra de la dictadura aplazaba la reflexión sobre el detalle de las controversias que se daban en el adentro del campo de la cultura de oposición. Sigue habiendo ahí una tarea pendiente que concierne el estudio de las respectivas determi- naciones bajo las cuales las prácticas de oposi- ción política y resistencia crítica definieron sus respectivas apuestas no-dictatoriales en el Chile de la dictadura. No creo que la mejor forma de ayudar a esta tarea postergada sea la de conde- nar al sin sentido, a la inutilidad, las luchas por el sentido que motivaron el arte insurgente de la Escena de Avanzada. El decreto aniquilante, exterminador, de la muerte de la crítica profesa- da por W. Thayer que sentencia que “la crítica fue consumada por el Golpe” inhibe cualquier revisión político-cultural de cómo se materiali- zaron estas luchas. Lo terminal de aquel decreto firmado por W. Thayer no hace sino obliterar las marcas de aquellas prácticas de la Escena de Avanzada que se atrevieron a interpretar la secuencia historia-golpe-destrucción-reconstruc- ción-totalidad-fracturas-deconstrucción armando trazos que, desde mi punto de vista, merecen ser revisitados para volver a hilvanar una de las “memorias perdidas” que sigue fugada “a trein- Lo político y lo crítico en el arte: ¿Quién teme a la neovanguardia? 2004

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=