Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

35 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada voluntad de repolitizar el arte desde un imagi- nario de la crisis y las fracturas (ideológicas, es- téticas) como para “explicitar desde el comienzo su relación incómoda con la vanguardia” 4 . Esto lo reconoce W. Thayer, aunque no se detiene mayormente en esta “incomodidad” que, sin embargo, es clave para subrayar los descalces y sobresaltos entre, por un lado, la cita del van- guardismo internacional inserta en la Escena de Avanzada y, por otro, la suma de desapropia- ciones y reapropiaciones locales que desvían su guión metropolitano hacia capas subterráneas de territorios inexplorados 5 . Me parece, prime- ro, que la enseña maximalista de la Vanguardia a cuyo guión universalizante recurre W. Thayer, borra la coyunturalidad táctica de los desplaza- mientos y reinscripciones de significados locales que le dieron su valor situacional y posicional a la Escena de Avanzada. Si bien la Escena de Avanzada defendió una estrategia militante en contra del academicismo, no se interesó únicamente en atacar los símbo- los de la institución artística. La ofensiva críti- ca de aquellas prácticas chilenas de los ochenta 4 Willy Thayer se ha preocupado, en otro texto, de acentuar la mención a esta incomodidad haciendo valer la ambigüedad que, ciertamente, marcaba mis textos: “No hay que desconsiderar, sin embargo, que N. Richard explicitó, desde el comienzo, su relación incómoda con el vanguardismo. Señales de esto encontramos por doquier. Son varios los pasajes del texto de Richard que subra- yan la diferencia entre la vanguardia y la Avanzada. A la vez, son múltiples las expresiones que en el texto de N. Richard vinculan el significante Avanzada, con la tortura de la representación, ges- to propiamente vanguardista.”. Ver: Willy Thayer, “Del aceite al collage” en: Cambio de aceite. Pintura chilena contemporánea . Santiago, Ocho Libros Editores, 2003., p. 43. 5 Willy Thayer, “Vanguardia, dictadura, representación”, p. 251. Incluso cuando W. Thayer manifiesta la intención de querer tras- cender “la comprensión de la Avanzada como vanguardia”, no lo hace pensando en la productividad crítica de este descalce de con- textos entre lo internacional y lo local, entre lo metropolitano y lo periférico.

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