Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
30 que vuelve del exilio ( José Balmes, Gracia Barrios, etc.) y el arte de la Avanzada hizo que se toparan dos concepciones de lo histórico: por un lado, la de la Historia como continuum de sentido orientado hacia la culminación de una verdad unificadora (la del recuerdo emblemático de un pasado truncado que aspira a retomar la continuidad de la narrativa que había interrumpido el golpe militar) y, por otro, la concepción multilineal de una temporalidad desintegrada cuyo sujeto –en crisis de fundamento y representación– trata de rearticular el sentido como pérdida y falla de la totalidad, como diseminación plural de significados escindidos. Si la Escena de Avanzada apostó a la es- tructura móvil –dinámica y antiacumulativa– del “arte-situación” en contra de lo que sim- bolizaba el cuadro en la tradición de las Bellas Artes (la inmutabilidad de la obra frente al tiempo solemne de las colecciones de museo), fue precisamente para testimoniar del estallido de una temporalidad rota que ya no se avenía con el humanismo trascendente refugiado en la gloria histórica del monumento. El “arte-si- tuación” de la Avanzada quiso hacer valer, a través del cuerpo y de la ciudad, el despliegue –antihistoricista– de lo efímero como poética del acontecimiento. Introducción a “Márgenes e Instituciones”, 1986
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=