Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
233 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada “M & I reunió territorios artísticos ágrafos de crítica y les otorgó una textura a formas productivas que poblaban las orillas de escenarios cuando no marginales sí desafilia- dos. La llamada Escena de Avan- zada es una categoría emanada de la teatralidad del pensamiento de NR. La noción de escena no es casual, obedece a su estética del nombre y de la lectura. De mane- ra superinfluyente, se puso sobre el tapete público, es un decir, un “nombre madre” que también iba atravesar décadas de debate. Sigo pensando que la lucha que busca discutir la lectura de ese libro y reactualizar las obras, excede a la perspectiva crítica misma y se funda en aspectos ligados a lo que Pierre Bourdieu llama (por decirlo de alguna manera) la “dominación masculina”. Porque, claro, lo que está en disputa es el indispensable poder crítico que ha generado la obra de NR. Es provocativo que la búsqueda de legitimidad crítica por parte de un grupo de pensadores locales se establezca desde el repaso por su pensamiento (un repaso siempre corrector, normativo) y, más aún, sobre su mirada estética. Que ese repaso, en algunos casos, portó una pulsión destructiva en relación con la teorización de NR… lo que también habla del poder de su es- critura en una atmósfera cultural marcada, como en todos sus espa- cios, por la asimetría de género”. Diamela Eltit, Revista Taller de Letras Nº 54, primer semestre 2014. Pontificia Universidad Católica. P. 142. tado por las ciencias sociales, que perciben en sus experiencias una auténtica versión del arte social que se desentiende de aquellas tramas de lo poético que la Avanzada formuló mediante elipsis y descalces poco redituables para las lec- turas directas o funcionalistas. En este sentido, ¿qué ocurre con la comprensión de lo político que activó y activa (a dos tiempos) el CADA? Y luego ¿Cómo es que esa comprensión de lo político se ve articulada en el presente en el con- texto del “furor de archivo”? NR : Tu pregunta me invita a rememorar el modo en que se relacionaron, en su contexto de emergencia, la Escena de Avanzada y el CADA. Primero (hay que repetirlo una y otra vez), la Escena de Avanzada no designa un conjunto homogéneo de obras sino que evoca un mapa de exploraciones disímiles que, pese a la disimi- litud de sus rasgos, pudieron ser agrupadas en un mismo territorio gracias a los trazos de unión que hacían converger entre sí sus respectivas in- clinaciones a desbordar el marco del arte. Ese mapa (recreado parcialmente en Márgenes e Ins- tituciones ) incluía al CADA como un referente protagónico de la aventura compartida de trans- gresión de las fronteras y los géneros que tomó forma colectiva en los ochenta. Sin embargo, basta releer Filtraciones para ver cómo afloran varias diferencias entre algunos integrantes de la Avanzada y el CADA, cuyos postulados eran considerados a veces como demasiado grandi- locuentes. Desde mis primeros textos en 1980, valoré la apertura creativa del CADA cuyas “ac- ciones de arte” iban destinadas a generar asom- brosas interferencias críticas en la cotidianeidad social. Luego surgieron desavenencias mías con Zurita, pese a la admiración que sentía por su primer libro, Purgatorio ; unas desavenencias que, por suerte, nunca perjudicaron la relación
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