Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

219 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada to como garantía para corregir la vaguedad o falsedad del “mito” de la Escena de Avanzada. Sin lugar a duda, está el deseo de distanciarse de Márgenes e Instituciones como el referente auratizado de una construcción imaginaria para reforzar el campo disciplinar de la historia del arte, volviendo a la especificidad de saberes cuya profesionalización universitaria debe seguir las pautas hoy vigentes de aprobación y validación académicas. Para esto, el CEDOC tiene que abandonar el recuerdo errático de las teorizacio- nes vagabundas de la Avanzada que combina- ban citas (filosóficas, literarias, teórico-críticas) ajenas a los repertorios bibliográficos sanciona- dos por la Universidad. Tal como se perfila en las introducciones editoriales a los volúmenes de la colección Ensayos sobre artes visuales , este reforzamiento disciplinar de la investigación artística en torno a los ochenta busca sobre todo despejar la sombra del teoricismo crítico que sigue asociado a la Avanzada. Pese a que la “relación íntima y recíproca” entre la teoría y la práctica de la que hablas fue uno de los ras- gos más pronunciados y singulares de la Esce- na de Avanzada, la línea editorial del CEDOC considera que esta sombra de teoricismo crítico es la responsable de haber alejado las obras del campo que les es propio (la historia del arte) y que, por lo mismo, hace falta ahora desembara- zar a dichas obras de los aparatos de lectura (la filosofía, la literatura, la crítica cultural) que en- redaron su visualidad artística mediante artilu- gios de pensamiento y discurso que siguen, hoy, oscureciendo el rescate de la documentalidad primaria de las obras como única fuente capaz de solventar el conocimiento verdadero del arte. El refugio historiográfico en el interior del cual el CEDOC desea controlar los archivos de la Avanzada, estaría destinado a separar la “his- toria del arte” (como disciplina íntegra) de las