Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
187 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada texto que no solo te mueve a ti a revisar a la Avanzada, sino que también re-abre el debate en un nivel más general (sobre todo, pensan- do en que es un debate que se sostiene públi- camente). La intervención de Thayer, con su osada hipótesis sobre el corte fundacional de la Avanzada duplicando el Golpe de Estado, tuvo un inusitado alcance que incluso hoy se puede constatar. Miguel Valderrama afirma que: “a partir de Márgenes e Instituciones (…) co- mienza a delinearse un problema vinculado a la pregunta por la vanguardia, que es una pregunta que uno encuentra en casi todos los ámbitos del arte contemporáneo pero que, en la escena chilena se organiza como interro- gación sobre los poderes de la representación histórica. ¿Por qué? Porque la pregunta por la vanguardia en la escena del arte y de la crítica en Chile después del golpe de estado de 1973, es una pregunta que paradójicamente interro- ga las relaciones entre arte y política desde el punto de vista de su imposibilidad. Esta pre- gunta que puede presentarse como un contra- sentido, como una despolitización de las rela- ciones entre arte y política, entre vanguardia y utopía, entre prácticas de resistencia y prácti- cas de invención, lleva al vértigo la pregunta por los vínculos entre arte y política al interro- gar tanto las condiciones de posibilidad de la inscripción, así como sus modos específicos de funcionamiento y engendramiento… ¿Cuál es la relación entre obra e inscripción, entre texto y contexto, entre arte e historia? Yo te diría que esa es una pregunta que se constituye a partir de la Avanzada y de Márgenes e Instituciones, y bajo cuya sombra aun trabajamos” 4 . ¿Estás de acuerdo con lo que dice M. Valde- rrama para explicar la intensidad del alcance de 4 Miguel Valderrama, Conversaciones sobre el arte en Chile (1960- 2000) , Santiago, Alquimia Ediciones, 2019, p. 837. “La primera referencia que tuve de la Escena de Avanzada se remonta a mediados de los años noventa. Para aquel entonces, ya habían transcurrido diez años, al menos, desde la aparición de ese texto señero que es M & I de N R. (un texto cuya importancia, me atreve- ría a decir ahora, recién estamos dimensionando en su justa medi- da)… El caso es que hacia 1996 era muy poco, o más bien nada, lo que un estudiante universitario podía llegar a conocer acabada- mente sobre uno de los episodios más interesantes de la tradición artística local. Creo que esta sola constatación es suficiente para re- cordar que la Escena de Avanzada ha sido construida, en parte impor- tante, como un efecto diferido, y en relación, no pocas veces, con pro- gramas de lectura desplazados o bastante tardíos. Más aún: tal vez la Escena de Avanzada sea uno de esos fenómenos en los que la con- dición póstuma del suceso exhibe una inusual tendencia a acelerar la reescritura crítica del mismo, como una onda sísmica que no terminara de apaciguarse y cuyos recursos de transferencia no se resintieran en ningún momento. Por este motivo, el modo como se fue produciendo la circulación y recepción del le- gado (del archivo) de la Avanzada, por parte de una generación de ar- tistas jóvenes y de estudiantes de arte a mediados de los ‘90, puede ayudar a comprender en qué senti- do el porvenir de la Avanzada cons- tituye, hoy por hoy, algo respecto de lo cual es posible debatir más allá de los fueros de la nostalgia.” Rodrigo Zúñiga, “El porvenir de la Avan- zada” en Restos de paisaje. Escritos sobre arte . Santiago, Facultad de Artes Universidad de Chile, 2009. P. 91.
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