Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
172 Archivos de arte chileno, memoria y resistencia crítica, 2007 “Inédita por su rigurosidad, su nivel crítico y la multiplicidad de sus operaciones de lenguaje, la Escena de Avanzada configura un momento de lucidez privilegiado cuyo desciframiento –afortunada- mente– aún está en vías de ocurrir. Es esta “escena” la que devuelve al arte en Chile, un lugar protago- nista como operador de lenguajes y como foco de nuevas articulacio- nes de pensamiento… Los proble- mas centrales que sus prácticas escenifican: el cuerpo/el territorio/ la mirada, configuran la articula- ción temblorosa, plural y ambigua, del arte y la política más allá de toda certeza. Es decir, más allá de todo reduccionismo ideológico. A diferencia de ciertas interpre- taciones deudoras de las ciencias sociales que leen en los trabajos del arte del período, los efectos y contraefectos de la dictadura, nos parece más productivo e ilumina- dor entender esta “escena” como la puesta en producción, la mul- tiplicación y el despliegue de un síntoma… Valoración del gestus de la cita, de los textos, del monta- je, como interrupciones-distancia- mientos y como quiebres de todo ilusionismo de la representación”. Gonzalo Muñoz, Catálogo de Cirugía Plástica , Berlín, NGBK, Berlín, 1987, p. 22. lo previamente recolectado, reiterándonos de paso que todo archivo es siempre un archivo en curso , un archivo incompleto. Por otro lado, la curatoría de Poner el cuerpo descentró el eje de reconocimiento cultivado por la academia y los museos a partir de Márgenes e Instituciones , al reunir –y poner en valor– la documentación de un conjunto de prácticas de resistencia de los ochenta en Chile que habían quedado invisibi- lizadas por la “sobreexposición” internacional de la Escena de Avanzada 26 . Poner el cuerpo tuvo el mérito de interrogar críticamente el recorte de la Avanzada y el rango de privilegio que la llevó a ocupar un primer plano internacional, ensayando nuevos criterios de valoración so- cio-cultural que les dieran visibilidad a aquellas prácticas del frente opositor consideradas hasta entonces laterales. Al recoger en Santiago de Chile archivos aún más soterrados que los ex- hibidos en Madrid por Perder la forma humana , la muestra Poner el cuerpo logró, en palabras de sus curadoras P. Varas y J. Manzi, “ampliar el re- pertorio de quienes han instituidos los centros, los márgenes y periferias del período” de los ochenta en el arte chileno” 27 , comenzando por el libro Márgenes e Instituciones . Poner el cuerpo se volvió así el escenario de una nueva demar- cación estratégica, trazada para dejar en claro lo siguiente: el “fuera de marco” argumentado por el envío chileno de la Avanzada a la Bie- nal de París de 1982 se había ido convirtiendo con el tiempo en algo así como un “enmarca- do”, al pasar a ser un referente hegemónico en el campo de discursos y miradas sobre los archivos 26 Dice Javiera Manzi: “ Hay mucho más por estudiar y rescatar que lo que la sobre exposición de la Avanzada ha permitido visibilizar . Hay tanto más que ha quedado enrarecido por los discursos dominantes”. Entrevista de Lucy Quezada a Paulina Varas y Javiera Manzi, Re- vista Artishock , marzo 2016. Santiago de Chile. 27 Op. cit.
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