Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

146 Archivos de arte chileno, memoria y resistencia crítica, 2007 el antagonismo ” 8 , las prácticas de la Avanzada re- sultaban disfuncionales en cuanto emanaban de ellas una negatividad refractaria que atentaba contra el deseo de translucidez blanqueado en los muros de las salas del Círculo de Bellas Ar- tes en Madrid. De ahí que la representación de la Avanzada en la exposición Chile vive se viera bastante desdibujada. El primer gesto taxativo que realizó la mues- tra Chile vive consistió en olvidarse del impulso transdisciplinario de la Escena de Avanzada y de sus entrecruzamientos de géneros, restauran- do una división fija entre las técnicas (“pintura” y “escultura”) perpetuadas por la tradición de las Bellas Artes 9 . “Pintura” y “Escultura” fueron los formatos oficiales que reinstaló Chile vive , mar- ginalizando así de su programa expositivo a las acciones de arte desplegadas en la calle: aquellas que se habían mostrado en 1982 en la Bienal de 8 Carlos Catalán y Paulina Gutierréz, “El espacio cultural y artístico en el Chile de hoy”. Chile Vive , p. 29. 9 La presencia de Carlos Leppe se repartió en “Chile vive” entre una performance y una instalación que ironizaban, ambas, con estas catalogaciones oficiales de “Pintura” y “Escultura” (para detalles de la participación de C. Leppe en Chile vive , consultar la página web sobre la obra del artista: carlosleppe.cl (D21)). Pero C. Leppe no sólo desbarató la división entre pintura y escultura, multiplicando los excedentes que volvían la obra irreductible a cualquier técnica establecida o género oficial. Denunció la expo- sición de “Chile vive” como pretexto en “la pasada” política del trance dictadura-transición, burlando así del discurso oficial de los organizadores de la muestra. Tal como lo señaló con frustración, N. Antúnez: Leppe “implacablemente obstruye el espacio cúbi- co que le era especialmente destinado con otro cubo de tablas rústicas inabordable; él autocensura lo mejor de su espacio, sólo queda una incómoda circulación alrededor”. Nemesio Antúnez, catálogo Chile vive. Memoria activa . Este gesto reitera el otro gesto realizado anteriormente en la Bienal de París (1982) cuando C. Leppe elige la marginalidad doméstica del baño de hombres para realizar su performance, forzando el espectador internacional a tener que asomarse incómodamente a una escena que lo niega como destinatario privilegiado para relegarlo al estatuto de simple voyeur. Ver: Nelly Richard, “Chile en la XII Bienal de París” y Francesca Lombardo “Apunte y glosa” en La Separata Nº 6. San- tiago, julio 1983.

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