Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

145 Reescrituras y contraescrituras de la Escena de Avanzada memoria(s) e historia que estaban tensionando la discusión crítica en Chile sobre cuál era el horizonte de expectativas abierto por la palabra “democracia” en la inminencia de su recupera- ción política. En comparación con la muestra de Chile en la Bienal de París de 1982, el eclecti- cismo de Chile vive (1987) contradecía expre- samente la propuesta de la Avanzada que había querido hacer valer su decidida toma de partido a favor del experimentalismo neovanguardis- ta. Pero esta contradicción no sólo se daba en términos estéticos sino político-culturales: el macro-diseño institucional de Chile vive –y su sucesión ordenada entre un antes (la dictadura) y un después (el retorno a la democracia) que se quería despejado de impurezas– quiso olvidar- se expresamente de cómo la incorporación del registro a las prácticas de la Avanzada dejaba flotar la memoria de la dictadura como espectro, es decir, como algo que siempre retorna en la ambigüedad del ya no (el pasado desaparecido) y del todavía (el presente memorioso que activa futuros a completar). La Avanzada había ya experimentado roces y fricciones con la mirada sociologizante de los centros de estudios de la cultura alternativa. Sus poéticas del desajuste (de la fractura de los có- digos de representación a cargo de imaginarios artísticos convulsionados) eran interpretadas por estos centros de investigaciones culturales como un síntoma de inadaptación-desadapta- ción frente a los nuevos lineamientos redemo- cratizadores que debían encargarse de controlar los excesos (de lenguaje, tono y expresión) para fortalecer así un nuevo pacto socio-comunicati- vo favorable al consenso y, por lo mismo, teme- roso de los disensos. Para una propuesta como la de Chile vive , orientada a “ privilegiar más la coexistencia que la ruptura, la compatibilidad que

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