Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

126 para que las obras de la Avanzada recuperaran la especificidad de unas modalidades e intenciones suficientemente diferenciadas unas de otras, sin el temor inicial que nos limitaba inhibiéndonos de seguir fraccionando más allá de la cuenta (exacerbando contradicciones internas) un cor- pus ya tan precario en su situación de riesgo his- tórica y política. El “frentismo” de la Avanzada (un frentismo que yo consideré necesario de articular por razones tácticas, micro-territoria- les, ya que el trazado y el recorte agrupadores de fragmentos volvían más nítidos los contor- nos de esa escena inaugural en función de una política de los espacios que, bajo dictadura, tenía que disputar sus condiciones de visibilidad crí- tica) no dejó que se leyera bien la singularidad de las varias y heterogéneas prácticas que juntó el libro, al reforzar ejes de convergencia que no dejaban suficiente espacio para que sobresaliera lo autónomo de cada propuesta. Me parece que los tres tomos de Filtraciones contribuyen a que se diluyan los lineamientos demasiado idénti- cos a sí mismos, programáticos y autorreferen- ciales de la Avanzada, al jugar con los relieves y contraluces de múltiples personajes y figura- ciones que entran y salen del cuadro principal para develar los motivos y digresiones de actua- ciones que no habían sido editadas y montadas (en sus tramas de experiencias vitales ) con tanto lujo de detalles biográficos e históricos 18 . Con 18 A propósito de los entrevistados de Galende en los tres volú- menes de Filtraciones , no puede dejarse de notar que los filósofos son los únicos que comparecen en la página exentos de sexuali- dad, cuerpo y biografía, sin esquinas ni bares ni ruidos de la calle, sin cotidiano doméstico, como si la respetable abstracción filosó- fica de la discusión de autores se hiciera para ellos incompatible con las escenas de la vida ordinaria a cuyo recuerdo todos los demás se entregan desde la experiencia vital. Creo que nunca se volvió tan atingente el comentario que hacía Cecilia Sánchez en otro contexto: “Debo señalar que para iniciar mi estudio acerca de la instalación institucional de la filosofía, publicado en 1992 bajo el título, Una disciplina de la distancia. Institucionalización universitaria de Arte, crítica y política. 2013

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