Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada
110 Arte, crítica y política. 2013 discernimiento de la crítica la única capaz de marcar algún contrapunto en el tratamiento de los signos que ocupan las obras para distin- guir entre mimesis (imitación, repetición) y extrañamiento (desfamiliarización). El otro “presente como contexto” que le toca al arte chileno contemporáneo es el de la pos- transición: un presente con muchas cuestiones pendientes en términos de memoria traumática (que, por alguna razón, convoca a pocos artis- tas chilenos en comparación, por ejemplo, con Argentina) y que ha vivido la desactivación de las fuerzas sociales, al menos hasta las revueltas del 2011, por culpa de un formalismo demo- crático que inhibió la participación ciudadana en la construcción de alternativas políticas. No sé cuántas obras del arte chileno contemporáneo se sienten realmente interpeladas por estas fuerzas de cambio que entraron en franca relación de antagonismo con el diseño neoliberal. Es curiosa la diferencia entre Chile y otros países latinoa- mericanos donde sí existen dinámicas de obras que se nutren de las energías protestarías de los procesos sociales y políticos que las rodean para imprimirle al arte una motivación crítica. Sin ir más lejos, la crisis del 2001 en Argentina (el “¡Qué se vayan todos!”) inspiró muchas prácticas que cruzaron las fronteras entre arte y militan- cia para darle nuevos contornos al hacer-pen- sar-sentir de lo comunitario mediante acciones colectivas que reunían a artistas visuales, soció- logos, periodistas alternativas, cineastas, etcéte- ra. 8 En consonancia con los piqueteros, toda una creatividad multiforme se tomó el espacio pú- blico para reflexionar sobre temas de exclusión social, alienación mercantil, obediencia capita- lista y contrapoder desde el taller-fábrica como 8 Entre otras publicaciones, remito a: GAC, Pensamientos, Prácti- cas, Acciones , Buenos Aires, Tinta Limón, 2009.
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