Cuerpos de la memoria: sobre los monumentos a Schneider y Allende
48 junto a otros presidentes esculpidos en bronce, lo hace en un emplazamiento marginal. La estatua se ubica en la intersección con la calle Moneda, sobre un conducto de ventilación, y carece de la solemnidad que a otras estatuas les otorgada por la altura o por la presencia de escalones bajo el zócalo –como ocurre con la estatua de Allende levantada en la comuna de San Joaquín. Una diagonal permite trazar la simetría inversa entre la estatua de Allende en la Plaza de la Constitución y aquella del presidente Arturo Alessandri Palma, figura fundamental para el ideario de la elite, erigida al costado izquierdo del frontis mismo de La Moneda, en la Plaza de la Ciudadanía. Otra diagonal permite relacionarla con el monumento al presidente José Manuel Balmaceda, suicidado en la revolución de 1891, tal como Allende lo fue el año 1973. Realizado por Samuel Román en 1949, el monumento a Balmaceda comparte con el de Allende el ropaje drapeado y la orientación al poniente, mas no el volumen. Paradójicamente, debido a su lugar disminuido, la estatua de Allende se beneficia de una relación facilitada con la ciudadanía transeúnte que suele depositarle flores, coronas o banderas. Si uno quisiera buscar una metáfora psicológica que pudiera ilustrar este fenómeno de la anamorfosis, sin ninguna duda sería la del déjà vu en forma de loop , es decir, una forma en que la realidad se nos manifiesta como ya vivida o sumida en una espiral de repeticiones infinitas. Es interesante remarcar que esta figura alude al quedar apresado en sentimientos, afectos y emociones que enredan la subjetividad y la llevan a experimentarse través de sensaciones asociadas al sueño, lo subconsciente o la locura. A mi parecer, estos estados esquizados son aquello que todo capitalismo desea provocar e inducir, con lo cual me refiero más específicamente al sometimiento de nuestra subjetividad a estados de sopor que neutralizan su autonomía y, por ende, diluyen sus capacidades de discernimiento crítico. En gran medida, la conversión del espacio público en un ecosistema económico fomenta estas vivencias: los mall o centros comerciales, los supermercados y las megatiendas con su música y luces incidentales, todo el paisaje de lo global está dirigidos a zombificar la ciudadanía para convertirla en una masa o flujo pulsional sin Mauricio Bravo
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