Cuerpos de la memoria: sobre los monumentos a Schneider y Allende

40 de Gregory Bateson. Según Deleuze y Guattari: “Un rasgo deplorable del espíritu occidental consiste en relacionar las expresiones y las acciones con fines externos o transcendentes, en lugar de considerarlas en un plan de inmanencia según su valor intrínseco” 13 . Ahora bien, aplicando esta noción a la historia, podríamos decir que el pasado no es “uno solo”, como si se trata de una bruma desplazándose a las espaldas del presente, creciendo sin cesar a lo largo de un mismo flujo temporal, encargando a la posteridad el desciframiento de un sentido hegemónico supuestamente inscrito en los escombros. Más bien se trataría de múltiples pasados que, como mesetas, se superponen entre sí. Esas distintas mesetas, cada una inmanente en su sentido, emergen en nuestro tiempo, poblando el presente de objetualidades que hunden sus raíces en tiempos distintos. Habría que reflexionar hoy la naturaleza de los monumentos de acuerdo a esta concepción del tiempo pasado, de los tiempos pasados. Los monumentos a Schneider yAllende corresponderían de algunamanera a diferentes mesetas, aunque su significado político no puede sino hacerse parte de la disputa por el significado hegemónico de la historia de la Nación en los últimos sesenta años. Señalé casi al inicio de este texto que mi hipótesis es que en la diferencia temporal existente entre ambos monumentos es posible encontrar una clave que nos permita reflexionar el sentido de aquello que, desde el presente, se denomina la historia contemporánea de Chile. Pues bien, se comprenderá ahora que es el concepto mismo de lo contemporáneo lo que entra en crisis al representarse el pasado como mesetas que se multiplican. Por cierto, desde la concepción del pasado como un tiempo que en su complejo fluir hacia el futuro contiene el sentido del presente, podemos diagnosticar un general desinterés por el pasado. Sin embargo, lo que estaría sucediendo más bien es una multiplicación de los pasados y con ello también de las objetualidades que dan cuenta de ellos. Serge Gruzinski señala: “la idea de que nuestra época sufre de amnesia no resiste el análisis. Continuamente se nos ofrecen o se nos lanzan numerosos pasados bajo las formas más diversas e inesperadas” 14 . La 13 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia , Valencia, Pre-Textos, 2000. Sergio Rojas

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