Cuerpos de la memoria: sobre los monumentos a Schneider y Allende
36 Reconozco aquí el propósito de corresponder a una especie de deuda del presente con el pasado, no siendo lo esencial la voluntad de plasmar un “ejemplo” a las generaciones futuras. Por cierto, la figura de Salvador Allende es hoy en el mundo un ejemplo de consecuencia política, de integridad moral y de valiente compromiso con el mandato democrático de una mayoría popular. Sin embargo, ocurre como si el inmolado presidente de la República perteneciera a una historia de la que ya no es posible extraer “ejemplos” para un tiempo porvenir, como si la historia misma, esa que aprendimos protagonizada por individuos que con sus ideas y voluntad inauguraban épocas, ya no fuese una forma adecuada de comprender el tiempo. Como si el monumento en general fuese un gesto de memoria que hoy resulta ajeno y extemporáneo (cuando el público, consumidor de imágenes, se encuentra más bien interesado en visitar museos de cera en los que coexisten deportistas, hombres de Estado, humoristas, escritores, etc.). El problema no tiene que ver con lo que pueda significar la persona de Allende en el presente; la cuestión fundamental es el curso de acontecimientos a partir de los cuales su figura y especialmente su muerte alcanzan estatura histórica. Se trata de la épica de una catástrofe, respecto a la cual en el presente se confrontan las lecturas de la derrota y el fracaso. Con su muerte Allende ingresa en la historia. El suicidio cifra aquí el sentido de la catástrofe, por eso que la figura de Allende trasciende tanto la ideología como el gobierno de la Unidad Popular. El activista tunecino Sadri Khiari escribe: “A la pregunta ‘¿qué es el pueblo?’, hay que contestar, naturalmente, con otra pregunta: ‘¿contra quién se constituye el pueblo?’” 9 . Es decir, el pueblo no actúa desde una especie de naturaleza intrínseca que lo constituye, sino en la circunstancia en que se visibiliza activamente la hostilidad de un poderoso agente externo. Eso habría sido lo que sucedió en Chile en esos años: “la propia dinámica del proceso gatillado por el gobierno de la UP alentó formas inéditas de autonomía popular, las que, dejadas a su libre albedrío, amenazaban con Sergio Rojas 9 Khiari, Sadri, “El pueblo y el tercer pueblo”, en: ¿Qué es el pueblo? (pp. 89 - 104), VV. AA., Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2015, p. 90.
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