Cuerpos de la memoria: sobre los monumentos a Schneider y Allende
29 cívico-militar de Pinochet, implementando en el país durante los ’80 un experimento de “modernización” neoliberal mediante la persecución, la tortura, el asesinato y la desaparición forzada. Posteriormente, finalizada la transición hacia la democracia, aquel “sujeto político” –como lugar desde donde se comprendía la trama totalizante de la realidad– parece ser ya una cosa del pasado-pasado. Asistimos a la progresiva aparición de una “posmemoria” (tomando la expresión de Marianne Hirsch quien, a propósito de la memoria del holocausto se pregunta ¿es posible hacer nuestros los recuerdos de otras personas?). Se trataría de una especie de memoria sin recuerdos en un tiempo en que comienza naturalmente a desaparecer la memoria directa de ese pasado de muerte. Cuando preguntamos por el lugar del arte en este proceso, resulta especialmente importante reflexionar el estatuto de la representación cuando su asunto es la historia política del país. En las bases del concurso convocado en 1971 para la creación del monumento a Schneider, se establece explícitamente: “ el tema del concurso es un gran elemento escultórico no representativo, de líneas predominantemente verticales, emplazado en un espejo de agua ”. Es decir, queda señalado desde un comienzo el carácter arquitectónico que debía tener este monumento, trascendiendo así la figura individual del General Schneider, para enfatizar más bien aquello que su persona simboliza, tanto para el país como para el ejercito chileno. Debía significar ante todo una idea: “ Simbolizará nuestra democracia, que se mantiene inconmovible por sobre todas las contingencias y constituye un ejemplo para otras naciones, en aras de la cual, guiado por su conciencia cívica, sacrificó su vida el General René Schneider Chereau ” 2 . Este pasaje señala explícitamente que el propósito fue que el monumento estuviese dedicado a enaltecer aquello en nombre de lo cual Schneider entregó su vida. Esto último corresponde a lo que se denominó posteriormente como “doctrina Schneider”, esto es, la debida obediencia de las Fuerzas Armadas a la Constitución y al orden democrático. El historiador de derecha Joaquín Fermandois señala el hecho de que el transversal repudio al asesinato de Schneider fue decisivo para que finalmente Allende pudiera asumir la presidencia del país: “por más que una 2 Bases concurso-oferta monumento General René Schneider Chereau , Municipalidad de Las Condes, abril de 1971. Monumentos a Schneider y a Allende: hitos en la tempestad del tiempo
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