Escultura y contingencia 1959-1973

83 Escultura y Contingencia La forma de materialismo estético ligada al americanismo de mediados del siglo XX decae en Chile hacia fines de la década de 1960, cuando en el campo artístico emergen imaginarios que tienen como eje temático al hombre y, en particular, al conjunto de contradicciones que el sujeto experimenta al quedar relegado de forma exclusiva a las desigualdades materiales que rigen su existencia. Pero el materialismo estético y cultural no desaparece, sino que se renueva, ahora desde una lectura social y política. El protagonismo de las obras de Colvin, Román y Garafulic para la historiografía nacional permite visualizar el peso referencial y la función paradigmática que ejercen sobre la generación de escultores de los 1960 y 1970. De hecho, los escultores que se inician en estas dos décadas y, en especial, los egresados de la Universidad de Chile que están en relación directa con dicho legado deben de alguna manera producir sus obras bajo la tutela y la vigilancia estética del americanismo escultórico. Como he señalado, este enfrentamiento con lo que he descrito como la gran época de la escultura chilena no tendrá como desenlace su continuidad ni tampoco su ruptura, sino una suerte de lectura e interpretación estética y poética de su caída, desplome y derrumbe. Así, por ejemplo, la intensa pero acotada vida material de objetos como el Marat de Valentina Cruz (1972), los Cuerpos blandos de Juan Pablo Langlois (1969), las figuras en yeso de Mónica Bunster, las cerámicas de Rosa Vicuña, etc., no solo hacen tangible una temporalidad moderna marcada por la pérdida y la desaparición, como dimensiones que prefiguran o anticipan la caída, el desplome y la ruina de nuestro régimen republicano posterior al golpe de Estado de 1973. En efecto, estas producciones al mismo tiempo hacen revivir, por medio de materialidades comunes y abyectas, la atemporalidad asignada a las formas pétreas y la rigidez ritual de la estatuaria. Así, aunque la intención de los autores haya sido alejarse de o romper absolutamente con los componentes heredados de la tradición escultórica clásica, sus obras abren un espaciamiento en el cual lo efímero y lo permanente se tocan, del mismo modo en que el