Escultura y contingencia 1959-1973

79 Escultura y Contingencia lo abandonado en Derrida, pero también la herida, el límite, el borde, la piel, el suelo, el juego gravitatorio en Nancy inauguran un ámbito de resonancias semánticas a través de las cuales podemos pensar de otra manera los espacios, las superficies, los agujeros, las materialidades, el peso y las infinitas formas en que la escultura se posa, descansa y habita la tierra. En efecto, las retóricas del volumen disponen un universo de relaciones que no sólo escapan a las teorías de la imagen, sino que, mucho más, se alejan de los pensamientos que todavía imponen un cerco imaginario entre el sujeto y la realidad. Desgraciadamente, estos aspectos han sido obliterados por enfoques críticos que solo buscan la puesta en cuestión de un campo simbólico o un ámbito de representación. Aunque la lectura alternativa que propongo corre el riesgo de no llegar a puerto, mi desafío o intención es lograr tocar las obras, quiero decir, vincularme desde la escritura con su ser extenso. No es una tarea fácil dejar los signos y las retóricas de la representación para asumir una perspectiva crítica que atienda los modos en que la materia escultórica hace cuerpo o corpus con el mundo y, menos aún, tratar de traducir ese hacer en palabras que transfieran al territorio del lenguaje la multiplicidad de maneras en que la escultura produce realidades que hacen tangible el destino histórico y la potencia sublevante de la comunidad. Ahora bien, es justamente la percepción de un cuerpo en el mundo la que invita a no permanecer en el ámbito netamente sensorial y sensual de los contactos hápticos, sino a desplazar la atención hacia la escultura en tanto práctica que modifica el entorno, por medio de un hacer que actúa sobre las materialidades concretas que toca para darles forma. Sin duda, la escultura opera asimismo en el terreno de la representación, en cuanto se da a ver principalmente habiendo realizado ya tales operaciones materiales. El régimen escópico que domina el arte hasta el día de hoy, por lo demás, contribuye a que su hacer material permanezca invisibilizado detrás de la obra acabada, completa y, ojalá, perfecta