Escultura y contingencia 1959-1973
49 Escultura y Contingencia Consideramos que esta exposición se encarga de internalizar la problemática del sujeto político desde aspectos poco explorados o visibilizados. Por primera vez estamos frente a una declaración explícita de una escultura que no responde a intenciones idealizadoras, no atiende a los temas históricos o a las miradas románticas de la geografía, que buscaban por una parte glorificar hazañas representándolas en sujetos individuales y, por otra, exaltar una visión de la belleza de nuestro entorno natural a través de una nueva configuración de la realidad. “La imagen del hombre” busca la más simple de las verdades humanas, la que advierte de la propia existencia; sin embargo, por sencilla que parezca, es la conciencia que posteriormente da origen a reflexiones cada vez más profundas, utilizando la escultura como medio de experimentación y reflexión. De esta manera, se marca un hito en la generación de un repertorio teóricamente homogéneo que identificara la producción escultórica local, diferenciándose de la producción escultórica anterior e incluso exterior. En este sentido, vale la pena mencionar que la búsqueda por renovar la escultura en nuestro país comenzó a gestarse años antes, como una tendencia que permeó la práctica escultórica y los límites de su definición. Por ello no podemos dejar de mencionar obras como “Peligro” de Félix Maruenda y otros, y “Espacios escultóricos” de Víctor Hugo Núñez, ambas del año 1969. El primero exponía lo que describió como una “Exposición experimental colectiva” en el hall central de la Escuela de Bellas Artes, como un remezón a la escultura “que comenzaba a morir a causa de la fomedad que significaban sus obras” 11 . En ella participaron estudiantes y profesores de escultura, pintura, ballet y música. 11 Córdova San Martín, María Graciela y Maruenda, Félix, Sin miedo . América Libros. Santiago, 2007. p. 26.
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