Escultura y contingencia 1959-1973

16 Escombros, despojos y desperdicios Es posible que la idea del collage fuera fundamental para comprender este tipo de acciones, pero no es menos importante considerar que algunas no necesariamente se inician desde una concepción pictoricista de las cuestiones sobre el espacio y lo real. Valentina Cruz realiza sus estudios de arte en la naciente escuela de la Universidad Católica, que se crea reuniendo a maestros como Nemesio Antúnez y Mario Carreño, entre otros, con profesores estadounidenses invitados a impartir sus cursos. Cruz cita como relevante la influencia de Norman Carlberg y Paul Harris, quienes imprimen entre sus estudiantes la idea de equilibrio entre exigencia técnica complementada con diversidad y libertad, diferenciando su proyecto académico de la enseñanza que se impartía en la Universidad de Chile, que se percibía más afincada en la tradición. Quizás algo distintivo en su relato es la atención sobre la libertad de ocupar nuevos materiales y procedimientos, permitiendo una apertura decidida sobre las maneras de hacer que se expresaron tempranamente en sus obras. Sus primeros materiales fueron la arpillera, el papel, el engrudo, la madera y el color. Posteriormente, los objetos reales extraídos del mundo. Nemesio Antúnez, siendo Director del Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile, la invita a exponer en 1964 junto a Lautaro Labbé, causando cierto revuelo por sus esculturas a tamaño natural, hechas de arpillera encolada. Posteriormente viaja a Nueva York, donde contrasta su propia producción con el Pop americano que se encontraba en su apogeo, y se permite experimentar con materiales diversos, desconocidos todavía en Chile, continuando con un periplo que la llevó a Francia donde residió 2 años.

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