Escultura y contingencia 1959-1973

111 Escultura y Contingencia la objetualización en el arte, incluso, la cosificación de la obra . El punto de partida es la bidimensionalidad, fuerza de gravedad instituida, una especie de pantalla mediadora desde la que se intenta salir para ingresar en el espacio de la experiencia concreta. Miguel Rojas Mix sostiene que en ese momento lo que los artistas asumen como su tarea es “participar en el desarrollo constante de la conciencia, de la necesaria y progresiva aprehensión y comprensión que debe hacer el hombre de su mundo” 14 . En las conversaciones que Rojas Mix sostiene con los artistas para el catálogo de La imagen del hombre se expresa constantemente la voluntad de abandonar el circuito sobreprotegido del arte para comprometerse con esa transformación del mundo que acontece en el tiempo que están viviendo. Lo que me ha interesado reflexionar en este texto es precisamente el hecho de que para las artes se trataba en ese tiempo de poner en obra una voluntad de salir, que no consistía simplemente en cruzar una supuesta frontera nítidamente trazada (la otrora épica de la transgresión) para luego ubicarse en un supuesto exterior y desde allí crear. Lo que sucede es que se crea desde el arte, desde la institución, desde los patrones europeos heredados y aprendidos en la academia, pero intentando salir desde todo ello para hacerse contemporáneo y donde lo esencial no es una cuestión de renovación de “contenidos”, de actualización de “temas” o de definir “políticamente” los significados que van a ser traspasados a la obra, sino que lo esencial radicaba en el riesgo de la forma y la materia . Hugo Marín, por ejemplo, comenta acerca de sus “Esculturas efímeras”: “las de adobe apenas admitían el traslado; (…) fue la concepción de trabajar en materiales que correspondieran al momento en que me toca vivir, un país pobre, subdesarrollado” 15 . 14 Ibíd. Pág. 73. 15 Ibíd. Pág. 82.

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