Escultura y contingencia 1959-1973
109 Escultura y Contingencia en un nuevo tiempo sin haber abandonado el anterior . Si fuésemos siempre contemporáneos de “nuestro” tiempo, todo cambio histórico sería abrupto o tal vez nunca existiría cambio alguno. Querer hacerse contemporáneo es como una especie de extemporánea voluntad de querer colaborar con la historia. En los 70 existe en el campo de las artes un manifiesto ánimo de insubordinación, de confrontación con la institución, un afán de cuestionamiento a la autoridad. La palabra “revolución” circula en la academia y en los talleres. En conversación con Rojas Mix, Víctor Hugo Núñez señalaba: “el problema central es el hombre en cuanto a un todo político y social, lo que se está viviendo en nuestra realidad americana; es decir, lo que más me impacta es justamente esta fuerza de revolución que va trastocando todos los valores y va cambiando los conceptos, hasta los más mínimos, en la moral, la estética, en todos los sentidos, incluso hasta transformar a la naturaleza” 13 . Se respira una especie de modernismo epocal , el entusiasmo por un tiempo inaugural que será radicalmente otro, la inminencia de una inédita transformación. En el campo de las artes, la voluntad de comprometerse con la revolución en proceso, de colaborar con el movimiento histórico que se presiente, se expresa en una confrontación con la representación , en algunos casos directamente referida a la bidimensionalidad de la pintura . No se trata de que la escultura hubiese sido simplemente, entre las artes plásticas, el género que mejor correspondía a aquella voluntad de salir hacia el suelo rocoso del espacio público dado que se trabajaba con el volumen. Por el contrario, si la cuestión se planteaba en las artes como un c uestionamiento a la representación , entonces habrá sido justamente la pintura la que, de alguna manera, definía el territorio de la disputa. El problema, por lo tanto, no consistía en una suerte de tránsito “político” desde la pintura a la escultura, sino en cómo salir de la pintura . Una poderosa respuesta a esta cuestión fue 13 Rojas Mix, Miguel, Ibíd. Pág. 86.
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