Escultura y contingencia 1959-1973

104 su acaecer debido a que, por una parte, rompe con los códigos instituidos de reconocimiento y validación (“ni yo ni nadie sabía qué pasaba con eso”, dice Langlois), pero, por otra, impone desde su propia facticidad –en cierto sentido: desde su imposibilidad – la diferencia entre un antes y un después en el tiempo. No se trata, por cierto, de que en el tiempo de su acaecer “Cuerpos blandos” no haya tenido sentido alguno, no sugiero que hubiese sido algo así como una “ocurrencia” a la que le habría sido atribuida a posteriori una significación. Lo que propongo en esta lectura es que antes que corresponder a un proyecto de obra, ese cuerpo daba cuenta de una voluntad de acontecimiento . Podría considerarse como un afán de “ruptura”, de “transgresión”, de “innovación”, pero estos términos no serían exactos, pues suponen que el “autor” ya ha puesto su cabeza y sus pies fuera de la institución. Esto es justamente lo que no ha sucedido antes de ese acontecimiento. El artista está buscando una salida, y la salida es “la obra”. Por eso que luego podrá decirse de la obra misma que es contemporánea, pero no el artista, pues este “no sabe”, debido precisamente a que no se trata de un contenido de saber. Las fotografías de la obra ya son otro asunto, operan como parte de la recomendación que se consagra en las páginas del libro de historia del arte. También lo es la “reposición” de la obra de Langlois que se llevó a cabo en noviembre del 2009, con ocasión del aniversario de la instalación de “Cuerpos blandos”, aquella que después de 40 años llegó a ser la instalación “original”. Ahora el Museo Nacional de Bellas Artes se había transformado en su lugar propio , lo que da cuenta, a la vez, de su definitiva inscripción en la historia del arte chileno. Así, tiempos que son inconmensurables entre sí se dan cita en el Museo, siendo una consecuencia esencial de esta institución emblemática de la modernidad “manipular la diferencia de las épocas y de los destinos, y de hacer componibles algunos incomponibles en el nombre de la constitución del patrimonio universal” 7 . En un tiempo históricamente “compuesto”, la obra de arte opera como el cuerpo de un “ruido secreto” (parafraseando el título de un ready made de Duchamp). 7 Déotte, Jean-Louis, Catástrofe y olvido. Las ruinas, Europa, el Museo , Santiago de Chile, Cuarto Propio, 1998. Pág. 211. “Era nada, y era impresionante”

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