Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
77 más claro ejemplo del impacto que la ciudad virtual ejecuta sobre la real al límite de borrar sus diferencias. Del viejo Filarete y su adán vitruviano aprendimos que la inclemente intemperie natural es el mejor aguijón para despertar la voluntad humana obligando al cuerpo a impostarse en señal de protección. El gesto del hombre atormentado, gesto técnico por excelencia, inaugura el lugar de habitación de la voluntad, que no es sino el propio cuerpo. Sin embargo, bajo el caos de nuestras ciudades en donde la insubordinación trágica de los órdenes de lo real y lo virtual se vuelve más elocuente, ya no parece ser el cuerpo el lugar de anclaje definitivo de la voluntad, ni tampoco el origen a partir del cual se gesta la arquitectura y la ciudad. Hoy en día,tal vez, estamos ante el paradojal dilema en donde una subjetividad sin carne puede volverse, finalmente, piedra. Embriological House (Detalle), Greg Lynn, 2000 José Solís
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