Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
Estéticas de la Intemperie 58 Durante un par de meses, su vida fue desmembrada en episodios de insanía y crueldad que retenían a Santiago en lo horrible. Sus hábitos de lectura y modales incrementaron la alucinación mediática por su carácter y se convirtió en una novedad criminalística, pues representaba un tipo de delincuente desaforado y lúcido, pisando la delgada línea de lo diabólico. Después de ser capturado se ahorcó con el cable de una máquina de escribir (en la que había comenzado a escribir su biografía) regalada por el juez que sustanciaba su causa. Aunque el texto puede ser apócrifo el Tila, dejó un relato postmortem inquietante: ‘¿Por qué ahora que estoy muerto, frío y duro como la piedra, me persiguen cual celebridad del jet set o de la farándula o quizás de la política? Yo no busqué la fama, pero ésta- la muy maldita- llegó cuando estaba vivo, no fui acaso un caníbal, igual o superior a Hannibal Lecter, pero de la vida real. A mí también me sacaron las entrañas en el Instituto Médico Legal y también el cerebro. Dicen que para estudiarlo, para navegar por esos recónditos canales de la mente humana, para averiguar por qué causa me convertí -¿o siempre fui ese despiadado sicópata por culpa de endiablados genes o de esos daños orgánicos que sufrí cuando era muy pequeño, al lado de unos tíos travestis y de una madre indiferente?- en un asesino despiadado de gente adulta, porque me arrepiento de haber golpeado a un niño de 9 años, cuando estuve en la Rinconada de Huinganal, en La Dehesa’ 25 . Postales negras Al intentar hacer un diagrama (siempre incompleto) de Santiago algo no funciona en la imagen, la ciudad produce su propio descalce y triunfa sobre cualquier pretensión de totalidad discursiva. Por ello, más que buscar claves insinuamos puntos y fracciones, entendiendo que a lo mejor la catástrofe es la modernización, pero sabiendo que nunca se realiza porque lo moderno no es ruina del pasado sino del futuro, es decir es una ruina suspendida, imposibilitada de realizarse y sólo aventurable por la ficción de un ensayo, de este ensayo amenazado por la pluralidad del tiempo y la anacronía de los signos. 25 El Tila se sentía derrumbado : www. Mercuriovalpo.cl/site/apg/reportajes. Domingo 22 de diciembre de 2002.
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