Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
227 la tecnología o que aplica nociones y recursos provenientes de la ciencia? Desde mi interés por los procesos de constitución de subjetividad, me interesa en especial un aspecto de esta tecnologización de la vida cotidiana. Me refiero a las redes de comunicación y las preguntas inéditas que de ello surgen: ‘entre un señor de un barrio acomodado que reniega de la tecnología y un adolescente cartonero que junta monedas para chatear en un locutorio, ¿quién es el extranjero? ’ [ Ñ número 202 ]. La tecnología digital es portadora de un enorme poder a una escala cuya magnitud parece inédita, y al mismo tiempo –esto es lo sorprendente- ese poder se encuentra totalmente disponible en sus posibilidades inéditas. Esto es lo que da que pensar, precisamente lo evidente de esa disponibilidad, lo “a la mano” de un poder que desconocemos sin alcanzar a extrañarnos. La libertad del individuo , por ejemplo, es un antiguo anhelo de la modernidad, que está presente en los discursos, teóricos y políticos, que se elaboran para dar cuenta de una supuesta correspondencia entre nuestras expectativas modernas (políticas y éticas) y los nuevos recursos de la razón instrumental. La paradoja es que la libertad centrada en la absoluta individualidad podría ser entendida a partir del principio de una total disponibilidad. ¿En qué se transforma la intemperie cuando es posible ficcionar en un exterior virtual nuestros mundos interiores? En el año 2003 se inauguró Second Life , un universo virtual en 3D, que permite a sus usuarios realizar una especie de segunda vida . Aquellos pueden configurar completamente al personaje mediante el cual ingresan en este mundo, para recorrerlo, conocer a otras personas , tener sexo, seguir estudios en la universidad, etc. Second Life tiene incluso su propia moneda: el Linden Dólar. El artista Roy Ascott, un entusiasta de Second Life, afirma: ‘Muchas actividades están migrando a Second Life , que dentro de tres a cinco años será un mundo paralelo en Internet, infinitamente más sofisticado. Ir apropiándose de territorio allí desde ahora tiene todo el sentido, como hicieron los pioneros en Estados Unidos cuando era una tierra en gran parte desconocida. Por lo pronto, mis cursos ya los dicto por Internet. (...) La gente es mucho más libre allí, al poder sacarse la armadura de su cuerpo y la de los otros. Al no tener que estar leyendo los signos corporales de los demás, como los brazos Sergio Rojas
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