Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
221 Sergio Rojas El prestigio de la intemperie ‘La esfera artística es una zona de actividades en la que predomina la representación, y ésta se caracteriza por una distancia que le es propia en relación a lo real’ Nicolás Bourriaud: Topocrítica 1. De la alteración de la autonomía estética Con el temor e inquietud que la experiencia de la intemperie ha provocado en la subjetividad individual moderna, formada en los valores del derecho y la propiedad, la estética de la intemperie ha sido también asunto de permanente interés debido a su coeficiente emancipador respecto a los límites constitutivos de la experiencia. En efecto, la filosofía del sujeto desarrolló una concepción de la experiencia en íntima relación con la posibilidad del conocimiento (cuyo referente fundamental era la ciencia experimental). El resultado de esto fue la constitución categorial del sujeto, en que por una especie de correspondencia a priori entre la razón y la naturaleza, la sensibilidad quedaba incorporada al proceso del conocimiento, y la alteridad era relegada a las ensoñaciones de la imaginación. Sin embargo, desde los comienzos de la modernidad el arte no ha dejado de elaborar la alteración e incluso la catástrofe del sujeto de conocimiento. Esto ha implicado otro sentido de la experiencia, que en este caso ya no se entiende como traducción categorial de la alteridad, sino como el acontecimiento de lo infamiliar, la irrupción una realidad extraña al domus tutelar de la racionalidad universal y necesaria. Ya desde la estética de lo sublime el arte ha explorado, primero, esa relación de la subjetividad con la alteridad, y luego, desde Dada, ha desarrollado también el cuestionamiento
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