Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
217 que la componen, las esferas, son las que provocan esa instancia, y siempre mi intención ha sido registrar el recorrido de cómo ocurre, de cómo después recuperan el color o la superficie, y cómo las vuelven a pintar; cómo se transforma todo eso en un muro que van interviniendo constantemente, ya sea con propaganda política o con la identificación de algún grupo deportivo. La situación que más me sorprende, es en la comuna de Quilicura. Un sector que está creciendo, urbanizándose constantemente. Es una zona pública recientemente inaugurada, un lugar protegido socialmente. Es el exterior de un Centro de Salud, un Consultorio. Yo contaba con una escultura que terminó casi en un botadero. Me propusieron recuperarla y emplazarla, cosa que consideré muy seductora, ya que concibo interesantísima la transformación del ejercicio de obra de taller al ejercicio de obra en un lugar público. La experiencia hasta ahora ha sido sin riesgo. Lleva ya casi tres años y no ha tenido intervención, cosa para lo cual aún no encuentro respuesta, llegando a pensar que quizás esta situación sea dada por factores externos, como la empatía entre la gente del lugar y la alcaldesa de la época. Conversando con la gente que trabaja en cultura desde el retorno a la democracia, cuentan que han tenido una política cultural muy activa. En los mismos lugares que ellos van construyendo o recibiendo consultorios, oficinas u otras entidades, han implementado la integración de obras. El concepto de obra de arte está siendo integrado. El hecho de que una obra se haga pública aporta información, ayuda al desarrollo y al crecimiento de la población. Creo que seguir replanteándose obras en espacios públicos va a tener siempre la connotación de intervención del habitar. Depende del análisis de ese lugar, de ese entorno, de ese requerimiento. Sergio Cerón
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=