Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público
211 De mis experiencias en el trabajo del espacio público en todos estos años, me parece importante cuando uno se arriesga y empieza a construir bases para sostener la precariedad de lo público, el verdadero sentir de una marginalidad urbana. No se puede creer o sentir que se es invulnerable, se debe considerar que en el fondo, la posición de la obra se pierde automáticamente cuando se deja, cuando se cede. Entonces, hay que articular otros procedimientos, otras estructuras. Con el tiempo hice algo diferente, y fui renovando las esculturas. Desarrollaba en mi taller una propuesta que se exponía en una bienal, en un museo o la sala de alguna galería. Iba y hacía un trueque que decía: yo se las dejo acá, veamos cuánto se sustenta, cuánto resiste. En algún momento, funcionaron más de lo que intuitivamente esperaba. Entre las posibilidades de que la obra permaneciera guardada en el taller, escondida con sábanas o sencillamente pudriéndose, prefiero que esté emplazada en un lugar, tal vez en similares condiciones, pero al menos en circulación. Girasol, Sergio Cerón, 2006 Sergio Cerón
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